El carcinoma escamoso «in situ», también conocido como enfermedad de Bowen, es una proliferación neoplásica de células escamosas malignas pero limitada a la epidermis y al epitelio anexial superficial.
La mayor parte de los casos aparecen en áreas de piel expuestas al sol, con una edad media de presentación superior a los 60 años. La utilización de rayos UV está relacionada con un aumento de incidencia en pacientes más jóvenes.
Anatomía Patológica.
La epidermis presenta displasia de queratinocitos que afecta a todo su espesor y se extiende a al epitelio anexial superficial. El grosor de la epidermis es variable pero suele aparecer aumentado (acantosis). La células escamosas pierden su polaridad y muestran núcleos atípicos con figuras de mitosis. El diagnóstico implica la ausencia de infiltración en la dermis.
Debe diferenciarse de la enfermedad de Paget extramamaria, del melanoma in situ, así como de ciertas formas de queratosis seborreica así como del hidroacantoma. La inmunohistoquímica puede ser necesaria para un correcto diagnóstico.
Carcinoma escamoso y radiación ultravioleta.
La radiación UV induce mutaciones del gen que codifica para p53, con funciones en la reparación del ADN dañado. Está presente en un 40% de los carcinomas escamosos. En otros se ha visto amplificación y mutaciones activadoras en NRAS, HRAS y KRAS, también relacionadas con la radiación UV.
Pronóstico y tratamiento
La escisión quirúrgica de la lesión es curativa. Debe ser extirpada ya que en un 3-5% puede progresar a carcinoma escamoso infiltrante. También se pueden emplear otros tratamientos basados en quimioterapia local, crioterapia. Sin embargo no existe datos firmes que demuestren una mayor o menor efectividad de los mismos.