Cáncer de cuello de útero. Qué es y diagnóstico anatomopatológico
El cáncer de cuello de útero (cáncer cervical) se origina en células de epitelio que reviste el cuello uterino que sufren modificaciones precancerosas (neoplasia intraepitelial). La mayoría están relacionados con una infección por el virus del papiloma humano. Este virus puede propagarse si se tienen relaciones sexuales sin protección. El carcinoma (tumor que infiltra) suele estar precedido de lesión precancerosa que puede ser detectada mediante la citología cervicovaginal. Si se detecta lesión, debe realizarse una biopsia para confirmar y definir con exactitud en que fase se encuentra la lesión. Si el diagnóstico es carcinoma, deberá aplicarse un tratamiento quirúrgico.
También puede estudiarse la presencia o no del virus del papiloma humano (VPH). En caso de que sea positivo (para algunos subtipos de virus de más riesgo) deberá hacerse una citología o una colposcopia con biopsia.
Colposcopia: este examen utiliza un microscopio de bajo aumento para observar el cuello del útero directamente, de manera tal que el ginecólogo pueda identificar cualquier anomalía y realizar una biopsia del área anormal.
Diagnóstico anatomopatológico del cáncer cervical
- Citología cervicovaginal (Papanicolau o test-pap): El ginecólogo o el personal sanitario entrenado realiza tres tomas del fondo de la vagina y del cuello del útero que son extendidas en un portaobjetos (lámina de cristal) y enviada a un laboratorio de anatomía patológica donde es procesada y examinada por un patólogo que emite un diagnóstico. En la actualidad existe una técnica en la que la muestra obtenida se pone en un medio líquido. Tiene la ventaja de que sobre la misma muestra puede estudiarse si el virus del papiloma humano está presente.
- Diagnóstico de la biopsia cervical. Los fragmentos de tejido son enviados a un laboratorio de anatomía patológica donde, tras su procesamiento, son examinados por el patólogo. La biopsia es el método más exacto para definir el tipo de lesión. Dependiendo del resultado, habrá que realizar un tratamiento quirúrgico o será suficiente con un seguimiento de la paciente.
- Diagnóstico del tejido extirpado por cirugía. Afortunadamente, la mayor parte de los casos pueden ser curados con cirugía limitada al cuello. Por eso es muy importante el diagnóstico precoz. El tejido extirpado debe enviarse al laboratorio de anatomía patológica donde se determina el tipo (la mayor parte son “neoplasias cervicales intraepiteliales” o carcinomas de células escamosas) y la extensión de la lesión. Si la lesión es mayor, puede ser necesario quitar el útero e incluso ganglios linfáticos. En el caso de que se hayan extirpado ganglios linfáticos, el patólogo los examina al microscopio para descartar que pueda haber metástasis.