La próstata es una glándula que se encuentra delante del recto y debajo de la vejiga de la orina y que rodea la primera parte de la uretra. Está formada por glándulas y fibras musculares y contribuye a formar el semen. A partir de los 50 años la próstata puede aumentar de tamaño y aparecer lo que se denomina hiperplasia prostática benigna, que origina problemas para orinar (necesidad de orinar más veces, por la noche, incluso dolor al orinar)
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en el hombre después del cáncer de pulmón. Origina más de 300.000 muertos cada año en todo el mundo. Es más prevalente a partir de los 65 años y bastante común entre los 50-64 años. En ocasiones puede aparecer en hombres más jóvenes. Entre los factores de riesgo los estudios epidemiológicos sugieren una relación con las dietas ricas en grasa animal y en carnes rojas. Los síntomas son similares a los de la hiperplasia prostática, aunque también puede presentarse sin síntomas.
La detección se realiza con un análisis del PSA y la exploración rectal por el urólogo. En caso de sospecha se realizan biopsias con aguja de ambos lóbulos.
Diagnóstico anatomopatológico
Biopsia. Las biopsias de la glándula prostática, por lo general, se realizan con control ecográfico. Con una aguja fina se extraen cilindros de tejido prostático que son enviadas al laboratorio de anatomía patológica donde el patólogo, tras su procesamiento, las examina al microscópico y realiza su diagnóstico.
Resección transuretral. Se utiliza para tratar la hiperplasia benigna de próstata, pero en ocasiones el estudio anatomopatológico revela la presencia de cáncer,
Prostatectomía simple. También se utiliza para tratar la hiperplasia. El patólogo debe realizar un amplio muestreo de la glándula para descartar la presencia de cáncer.
Tras el diagnóstico y dependiendo del grado histológico del tumor obtenido en la biopsia así como de la estimación de la extensión de la enfermedad se decide el tratamiento que se basa en el tratamiento hormonal, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. .
En la prostatectomía radical se extirpa toda la próstata con las vesículas seminales que son enviados por el cirujano (urólogo) al laboratorio de anatomía patológica para su estudio. Para valoración es importante la inclusión para el estudio microscópico de toda la próstata y determinar la extensión (estadificación patológica) de la enfermedad (el porcentaje de la glándula afectado y si afecta uno o ambos lóbulos prostáticos) así como la estimación del grado histológico del tumor siguiendo la graduación (“score”) de Gleason.
La OMS reconoce varios tipos histológicos de cáncer en la próstata siendo el más habitual el denominado acinar (adenocarcinoma acinar). Otros tipos que pueden aparecer serán los carcinomas ductales, uroteliales, de células escamosas, de células basales, neuroendocrinos y tumores mesenquimales (originados en el estroma y no en las glándulas). También existen precursores como la neoplasia intraepitelial prostática que no son cáncer pero pueden transformarse en carcinomas infiltrantes.

Dependiendo del tipo histológico, grado y del estadio la supervivencia puede ser superior al 90%. Sin embargo en los casos de enfermedad avanzada puede se menor del 15%. Por eso es importante la revisión periódica por el urólogo, especialmente a partir de los 50 años para realizar un diagnóstico lo más precoz posible.